Barajando Palabras - Luis Parreño

AL COLAIRE DEL TENDAL
Acababa de dejar mi última lectura, un artículo sobre las posibilidades de vida inteligente en el universo. Su autor hacía una sencilla ecuación: tantos millones de galaxias, tantos miles de millones de estrellas, tantos planetas, tantas posibilidades de vida inteligente...
La distancia a recorrer entre ellos, medida en pársec (millones de años-luz) dejaba claro que de existir vida, no sería apenas posible que nos encontráramos en el Universo con seres semejantes a nosotros, etc.
Un poco confuso, meditando sobre la soledad estelar, me dirigí a la ventana de mi estudio y me encontré con una sorpresa alucinante. Alguien estaba dibujando en la pared del edificio de enfrente un grandioso mural con imprecisas figuras esbozadas, lleno de colorido, en fin, un perfecto caos ordenado que diría el filósofo de guardia.
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A medida que transcurría el tiempo se iban perfilando extrañas figuras que despertaban todo tipo de comentarios en el vecindario, sorprendidos por aquel panel sesquiáltero.
La acera estaba ocupada por un tendal que evitaba las manchas de pintura que caían al colaire sobre ésta, dándole una impresión de paleta gigantesca de pintor. Incluso había una zona donde los verdes se mezclaban dando la impresión de una nebreda en pleno auge primaveral.
Desde el fondo de la calle, un par de individuos manejaban un catetómetro enfocado hacia la fachada donde se realizaba el mural.
Mi edificio es un antiguo bloque de cuatro plantas sin ascensor. Desde el caramanchón que poseo en el tejado tengo una vista totalmente centrada de la obra que están realizando, pero aún no veo muy bien lo que están dibujando.
Colgados como alpinistas de unas cuerdas, varios jóvenes se afanan  en perfilar innumerables figuras humanas, diversos peces, pulpos, extrañas máquinas donde entran y salen seres que si bien parecen humanos, yo diría que se diferencian  de nosotros en sus estilizadas figuras, todas desnudas.
Se ven también todo tipo de aves y animales en ordenada caminata alrededor de lo que parece un lago. Me resulta conocido el dibujo pero aún no se donde lo he visto. Solo queda esperar a que lo terminen y podamos admirarlo en toda su grandeza.
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Poco a poco el misterioso mural va tomando forma y he creído reconocer en lo ya perfilado como definitivo una pintura que se parece al Jardín de las Delicias , o al menos eso creo. El Bosco se sentiría honrado al ver la destreza de estos jóvenes en copiar una réplica a gran escala de uno de los cuadros más misteriosos de la Edad Media.
De repente, he imaginado a este pintor, su época, sus sueños, sus tribulaciones religiosas y ese inmenso amor (o miedo) a la vida que le hace concebir toda su obra en función de la humanidad, de sus logros y pecados, todo ese simbolismo que aún nadie ha conseguido descifrar y que tiene mucho de místico, de esotérico, de realismo fantástico.
Y es en ese punto donde me detengo, en el realismo fantástico. Analizando el cuadro en la reproducción que tengo en mi enciclopedia de arte, veo que, visto en conjunto representa multitud de escenas que en su época eran difíciles de explicar si las sacabas del contexto religioso de pecado-virtud.
Pero vistas a la luz de hoy día, me parecen naves espaciales llegando a un nuevo mundo y esparciendo la vida con el fin de poblarlo, con todo lo que ello tiene de bueno y malo para ese nuevo mundo.
Y eso me hace volver a pensar en que quizás no sean tan largas las distancias a recorrer por las diversas civilizaciones que pueblan el universo, y me hace pensar que a lo mejor hay otro sistema de viaje, no de seres, sino de ideas, que han sido percibidas por este autor, y trata de transmitirnos algo que él mentalmente ha vivido, pero que no sabe encuadrar de otro modo, porque en su época (siglo XVI) nada se conocía de todo cuanto sabemos hoy.
Vuelvo a mirar el  cuadro en mi libro y vuelvo a subir al caramanchón y comparar lo que han dibujado con lo que yo tengo y me doy cuenta de que lo han plasmado de tal modo que las figuras humanas parecen representaciones de seres de otro mundo, que los animales representados son parecidos a los nuestros, pero con sutiles diferencias, que las estructuras circulares parecen metálicas, que dan la impresión de estar flotando y que el agua de la base oculta algo.
Me pregunto si seguirán existiendo esas ideas colonizadoras y si todo nuestro progreso no habrá sido fruto de ellas. Me pregunto si no estaremos más en contacto de lo que creemos con otras vidas en el Universo. Me pregunto si realmente nosotros no estaremos haciendo lo mismo con otros, impulsando las ideas, colonizando mentes que un día descubrirán cosas que a pesar de lo novedosas, ya existían antes y después de nosotros.