Baúl por Pepa Rubio Bardón


PAZ Y AMOR


  Mientras escribo, pasa por delante de mi ventana, un grupo de palomas, parecen tener prisa. No me sorprende, hay tantas guerras en el mundo….Y algunas en lugares tan distantes, que el tiempo apremia. Deben llegar prestas con su rama de olivo en el pico.
  Si estamos atentos a las noticias, comprobamos, que la mayoría se refieren a enfrentamientos de todo tipo: guerras religiosas, racistas, fratricidas, económicas, políticas…
  Pero también hay disensiones y enfrentamientos, a nuestro lado, sin salir de nuestra propia casa. Las herencias, el cuidado de los mayores, que nos lo han dado todo y ahora son un estorbo y terminan sus días, en cualquier centro de acogida, o al cuidado de personas que les son ajenas. Nada piden, son dueños de sus silencios y no quieren ser motivo de peleas. Sin embargo, si escrutamos sus rostros, a veces, simulando dormir,  más de una furtiva lágrima nubla sus ojos y se desliza mejillas abajo.
  Cuántas veces, los que llamamos animales, nos dan lecciones a los humanos.
  Siempre derrochan ternura y cuidados con los suyos. Un ejemplo a seguir.
 No podemos contemplar el mapa de la pobreza en el mundo, sin sentirnos  un poco culpables.
  Hoy, por fortuna, disponemos de muchos medios para hacer llegar nuestra ayuda a quienes la necesitan. Numerosas organizaciones, sin ánimo de lucro, se ocupan de que así sea. La sonrisa de uno sólo de los niños que la reciben, vale más que todo el oro del mundo.
  No intentemos acallar nuestra conciencia,  dudando de quienes gestionan nuestro dinero. En muchos casos, ellos han entregado su vida. Sé de lo que escribo.

Qué curioso, cuando daba por terminado mi escrito, el grupo de palomas, responsable del mismo, vuelve a pasar por delante de mi ventana en sentido contrario y yo diría que alborozadas. Alegres porque yo haya recibido su mensaje, seguro. Nada es baladí.


PEPA RUBIO BARDÓN