El Faro por Noelia Palacio

4 de Enero- …la base sobre la cual descansa la estructura se me antoja de tiza… barra inestable de uso impreciso. Soy quebradizo, me desgasto. Algún día, no muy lejano, seré polvo. Padezco terribles vértigos, por ello necesito sentirme seguro, y busco las alturas para dejar caer el miedo. Pienso en este faro y en todas las tempestades que habrá soportado.
Soy el que dirige la luz, el guía de otros que buscan su camino. Esta responsabilidad me abruma, yo que nunca supe encontrar cuál era el mío…
Últimamente me concentro observando el vaivén de las olas. Ellas, ciclos de vida. Las de altas crestas rompen trágicas contra las rocas. Inertes. A mayor longitud e intensidad vivida, más terrible es la caída. Cuanta más frecuencia están en la profundidad, menor tiempo de recuperación. Así, como ola marina ha sido mi vida: matemática y físicamente precisa.
Y de nuevo…la que me hace compañía. No, así yo nunca estoy solo, con mi soledad.