Encuentros con Evelia Gómez González
ENCUENTRO DE EVE GÓMEZ: MI ENCUENTRO
CON… EL OTOÑO
Cada 21 de septiembre
tenemos una cita, un encuentro con la tercera estación del año: el otoño.
Sabemos que es otoño no solo porque nos lo señale el calendario colgado en la
cocina o porque nos dibujen y expliquen en la tele el equinoccio astronómico.
Sabemos que llega el otoño, que el verano termina, porque lo sentimos en
nuestro ser más íntimo. No somos algo aparte del todo lo que nos rodea. Estamos
hechos de la misma materia que el mundo mineral, vegetal o animal con el que
convivimos. Formamos parte de la cadena evolutiva que define la naturaleza
Y lo mismo que muchos
árboles secan sus hojas o dan sus frutos en septiembre…Nosotros, a nuestra
manera, también vivimos esta estación. Es más, somos otoño, como también en
otro tiempo fuimos primavera, luego, verano y algo más tarde, inevitablemente,
seremos invierno.
Ser otoñal es ir soñando caminos de la tarde arropados
por la melancolía de Antonio Machado o dejarnos llevar por cíclica tristeza de
Ana Ozores que a su paso por las calles de Vetusta las contamina con una fragancia de campo y sacristía. Un
octubre otoñal que propicia la aparición de la tristeza a la hora de siempre.
El otoño es dulce y
melancólico como el viento sur caliente y
perezoso que lleva tras de sí hojas las secas de los castaños en un revuelo
de sueños imposibles.
Pero también septiembre invita al reencuentro, a volver a
lo que dejamos antes del verano, antes de las vacaciones. Volvemos porque
siempre queda parte de nosotros en los sitios donde estuvimos y volver a ellos
es una forma de recuperarlos. Y en estos lugares enlazamos las
manos de la amistad, el trabajo, los proyectos. Queremos parecernos a los niños
que comienzan el curso en el colegio con la viva ilusión de ver a sus compañeros
y con la alegría de estrenar cuadernos nuevos y lápices de colores. En eso
estamos, en eso creemos y así debe ser porque el tiempo apremia y las palabras
ya nos están esperando.
Eve Gómez