Homenaje a Alejandro Casona por Mª Evelia San Juan Aguado

EL PESCADOR Y LA SIRENA –MARA -revisión mía-

       Por entre la niebla artera
       pierde de vista su isla
       el pescador que navega.

“¿Dónde esta mi tierra amada
bañada de azules aguas,
ceñida de olas inquietas
que resuenan en la playa?”

       Una sirena cantaba
       en su gruta, custodiada
       por el guardián de la puerta.

“¿Cómo una sirena logra
con su voz y su misterio
alejarme de la isla
donde vivo desde niño?”

       La ninfa se puso triste,
       y su voz se ahogaba en lágrimas
       cuando el pescador se dijo:
       “Sólo es el viento, que silba”.

Ya la barca encuentra el rumbo
y el pescador, somnoliento,
logra llegar a su isla
con el corazón ligero.

       Algunas noches oscuras,
       si la niebla envuelve el puerto,
       se oye por toda la isla
       un canto de mar adentro.


Oviedo, 9 de junio de 2011