Homenaje a Machado por Pepa Rubio

Leonor y el Duero

Cogidos de la mano contemplamos el Duero
cambiantes y distintos sus acuosos versos
sus aguas rumorosas su lecho un ancho espejo
en el que se refleja un infinito cielo
plomizo o azulete tormentoso o sereno
tachonado de estrellas con sol luna y luceros
es el techo del mundo y su pintura cambia
depende del momento y de la circunstancia

El río también muda a lo largo del año
de aguas claras o espeso sereno o agitado
en Primavera fuerte a causa del deshielo
en Verano tacaño calor un sol de fuego
en Otoño es variable y su color diverso
depende de las hojas tronchadas por el viento
que navegan ahora con un destino incierto
el Duero en el Invierno tirita y se estremece
se cubre de cristales y parece que duerme
Te miro niña mía y no creo lo que veo
,un ángel aturdido escapado del Cielo
tu olor a madreselvas a violetas y espliego
se funde con el mío a tomillo y romero
te sigo contemplando y me parece un sueño
numerosos testigos dicen que estoy despierto
los álamos del río los robles las encinas
las aguas plateadas los llanos y colinas
todos dicen a coro es verdad no deliras
Leonor luz de mis ojos la lluvia en el estío
la lumbre en el Invierno bálsamo del herido
yo seré tu maestro te enseñaré el camino
te evitaré quebrantos te colmaré de mimos