Homenaje a Tagore por Carmen (Mara)


Paráfrasis del poema 30 de
"El jardinero"
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eras mía, eres mía, mujer de labios dulces
y viven en tu vida mis infinitos sueños.
La lámpara de mi alma te sonrosa los pies,
el agrio vino mío es más dulce en tus labios,
oh segadora de mi canción de atardecer,
cómo te sienten mía mis sueños solitarios!

 

Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda.
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.
En la red de mi música estás presa, amor mío,
y mis redes de música son anchas como el cielo.
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.
R. Tagore 

Sueños vacíos

I
Cada instante en mis sueños eres aire
que  da vida y subyuga mis deseos,
escanciando en mis labios con tus dedos
dulces gotas de tu alma solitaria.
Al crepúsculo susurro con voz queda
mi promesa de ser tuya cada día
y la brisa rasguea tu tanpura
sembrando notas plateadas
hasta el alba.

II
Quise robarte
la esencia
quise llevarme
tu alma,
casa de estancias vacías,
donde sólo perduraba
una imagen
detenida
en el tiempo
como agua
pantanosa
estancada.


III
Te dije, “mírame, ya no soy esa”.

IV
Señalaste sus pies sonrosados
envueltos en la red de su mortaja
de hilos de porjai del prem* solitarias
con perlas de tus lágrimas ornada.

V
Y me fui
derrotada
 cabizbaja
mientras
la vil
impostora
pagana
se adueñaba
de tu vida
de tus sueños
de los cuales
para siempre
me apartaba.

VI
En la angustia de mis noches de desvelo
lanzo al aire mi pregunta y desespero
por saber cuándo podré gritarle al viento
que no es ella quien merece tu mirada.
Y las notas que rasgueo en mi guitarra
se cuelan temblorosas por su boca
que en pupila misteriosa se transforma
de ojo de Dios que sabe y calla
que hay dos sueños de amor en el desierto
de las horas
perdidas
en la nada.