Imágenes inspiradoras por M. Evelia San Juan Aguado
CATALINA LEE
Se aprecia en la imagen su gran atención hacia la
publicación que está leyendo. Está leyendo sentada en una preciosa silla de
madera tallada con respaldo de cuero repujado y sobre la mesa cubierta de tela
color carmesí tiene un cojín de terciopelo muy oscuro, con borlas azules, para facilitarle
la lectura. Para facilitarle la lectura
sería conveniente que la ventana de la estancia fuera más amplia, pues ésta
permanece en una misteriosa oscuridad. Una misteriosa oscuridad se cierne
también sobre esa revista que saluda y todos conocen, aunque sólo sea por las
portadas que cada semana muestran en los kioscos la mejor cara de personajes
famosos, archiconocidos, cuyas vidas siguen con pasión las asistentes a las
peluquerías. Las asistentes a las peluquerías no son lectoras exclusivas; las
bibliotecas públicas, los consultorios médicos, fisioterápicos, estéticos y las
barberías disponen de ejemplares actualizados. Los ejemplares actualizados pululan de mano en mano; a juzgar por el
estado de conservación visible, se diría que los artículos, comentarios de las
fotos y las entrevistas son devorados con fruición; convierten a los
afortunados en objeto de culto. Objeto de culto son las residencias esplendorosas de gentes opulentas, a las que
le vida sonríe, trabajadoras con negocios importantes o meras herederas de antiguos
imperios, ufanas de exhibir sus costosas galas, sus decorados grandiosos
pagados a precio de oro a especialistas renombrados. Los especialistas
renombrados enseñan a su vez sus propias residencias, que ofrecen como modelos,
se mueven en ambientes selectos, viajan y contribuyen a que los ricos de
cualquier país sean cada vez más clónicos. Cada vez más clónicos son, por otra
parte, los famosetes de medio pelo, ávidos de aparecer en los medios, que
aprovechan eventos de toda laya para asistir y buscar la fotografía, aunque sea
pagando, que ya llegarán los tiempos de cobrar por los reportajes, esquivar a
los reporteros, intentar esconderse, aparentar hastío, corretear por lugares
públicos, súbitamente mudos. Súbitamente mudos hasta que los mandatarios de la
revista consideran que un reportaje aderezado con salsa picante, fotos
sugerentes y declaraciones morbosas sobre sus intimidades dará buenos
beneficios y aumentarán las ventas.
Mª Evelia San Juan Aguado