Imágenes inspiradoras por Mar Cueto Aller
EL DIBUJANTE DE
COMIC (foto Mar)
De
niño le diagnosticaron un asma muy acusada. Le daba un ataque terrible cada vez
que intentaba jugar en el parque o en la calle al lado de algunos árboles y de la mayoría de las flores. Solo
se sentía bien cuando hacía vahos de eucalipto o respiraba por los aparatitos
que le recetaba el médico.
Para
que estuviese entretenido su madre le compraba comics y blocs de dibujo, e
incluso un maniquí de dibujo para que
así estudiase los movimientos cuando crease sus propios superhéroes.
También llenaba la casa de jarrones con ramas de eucalipto y con claveles
blancos que eran de las pocas flores que no le afectaban.
En
ocasiones, de tanto leer y dibujar le dolían el cuello y la espalda. Por esa
razón sus padres le regalaron un cojín masajeador con forma de corazón grande
de color rojo. Al principio le pareció que era muy cursi y no lo quería usar.
Pero su madre insistió tanto que se lo colocó aunque de mala gana y se dispuso
a notar cómo la vibración que producía le libraba de toda molestia y le hacía sentirse más fuerte y más seguro
que nunca.
Cuando terminó el masaje se dirigió a su armario.
Cogió la capa de raso negro que por navidades le habían regalado y el sombrero
que hacía juego con ella. Luego se colocó un antifaz negro y un clavel blanco
en la solapa, de esos que su madre colocaba por todas las mesetas de la casa.
Se sentía tan eufórico, tan lleno de energía, que en lugar de salir por la
puerta abrió la ventana para elevarse en
el aire probando sus nuevos superpoderes.
Mar
Cueto Aller