La Venus de Milo por Alejandro Alonso Cabrera (Jany)


Venus de Milo

¿Quizá un dios, de esos tuyos,
se vengó de algún rencor?
¿Qué pecado cometiste?
Es difícil imaginarte, acaso, sí soñarte,
pero de lo cierto no hay nada
y todo son reflexiones, imaginaciones, meditaciones,
sueños tal vez.
¿Quién de lo cierto puede hablar
más que aquél que con cincel
modeló tu figura?
Nadie,
no hay voz que dé verdad.
Más siento no ser de ayuda
pues siempre me asalta la duda
qué era lo que hacíais
de si esto o lo otro era.
No doy palabra sabia,
pues perdido lo tengo
y no quiero ser necio ni cretino
ni encorsetado juez,
que de aires de verdad a lo que él,
más triste que otra cosa
y sólo por altivez,
construya en su mundo
tu figura sin buril.
Hay que querer pasar,
un burro por el ojo del alfiler,
que toda suposición determina
lo que cada cual quiere creer.
Para todos hay gustos,
pero sincero es aquel,
que la ve tal cual es,
es decir, mutilada.
De su carencia nada se sabe,
tal vez perdidos están,
tal vez el punzón erró,
todo es suposición, ya lo dije antes,
y todo son reflexiones, imaginaciones, meditaciones,
sueños tal vez.
¿Pero necio soy al querer imaginar
y no ver tal cual es?
Válgame para mis adentros.
Cierro la boca y callo,
observo, contemplo y reparo
su privación no daña la belleza.
Así concluyo mi cavilación,
después de mucho indagar,
quizá un dios satisfizo su rencor.


JANY