La Venus de Milo por Luis Parreño Gutiérrez
DIVAGANDO
¿Seguro que no fue una
idealización? ¿Seguro que había mujeres así ya en la antigüedad?
¿O será que al original le
faltaban los brazos y el artista fue fiel al modelo?
¿Por qué no tenía los
brazos? ¿Era una aberración, o por el contrario, los perdió como castigo?
¿Y si se los amputó un
animal salvaje? ¿Sufriría dolor tras la recuperación por ese reflejo de lo que
tuvo?
¿Sería una buena hija? ¿O
sería una buena esposa? Madre no
¿verdad?
Su cara ¿refleja felicidad
o indiferencia?
Esos pechos serían así, o
por el contrario, los modelaría la mano del artista embelleciéndolos…
Y esa toga ¿salía del baño
como una ninfa? ¿Qué artículos de aseo usaba? ¿Se perfumaría tal vez, o sería
una más, con olor natural?
¿Será realmente una mujer,
o tapa sus vergüenzas masculinas, debidas a un fallo hormonal?
¿O el autor quiso mantener
el incógnito? ¿Y si se le cae la túnica, qué esconderá? ¿Has visto si tiene
prominencia en la garganta?
¿Estás seguro de algo con
relación a ella?
¿Quizás un poco enamorado?
¿De una estatua cuyo sexo desconoces?
Porque no me negarás que
existe una duda razonable. La Venus de Milo, la Venus de Milo… Sabe solo el autor lo que quiere representar.
¿Belleza? ¿Dignidad? ¿Paz?
¿Erotismo? No sé, no sé, yo por si acaso dudo.
Luis Parreño Gutiérrez 12/06/2013