Microrrelato por Luis Parreño Gutiérrez


Tres sin sentido con las mismas palabras


Un rayo de luna rielaba sobre la arena de la desierta playa y las olas, como un veneno, azotaban la jamba de la ventana desde la que un candelabro avisaba, con luz ámbar, que era la hora de la invasión de sirenas. ¡Sálvese quien pueda de sus cantos!

                         ***     ***    ***

Una sonrisa, dulce veneno, alumbraba su cara mientras por la ventana contemplaba la llegada del Circo. Esta noche la luna también sonreiría mientras los payasos actuaban en la pista de arena con sus trajes de ámbar y sus narizotas rojas. Y te preguntarás dónde va la palabra “candelabro”. ¡Pues sobre sus cabezas, hombre, sobre sus cabezas! 

                         ***     ***    ***

Arena, color dorado, tono semejante al ámbar

contemplo por la ventana,

mientras mi desdicha avanza

bajo la luz de la luna con un viejo candelabro

destilando el veneno de mis ansias.

Dulce veneno sería si mi amor me contemplara

y sus ojos descubrieran desde la arena mojada

a quien la adora en secreto

y hace que brille su aura, tan dorada como el ámbar,

por tan solo una mirada. 


Luispa