Anteayer se quemó la casa de mis amigos Carlos y Mary. Recuerdo cuando fui por primera vez al prado y tirábamos los chaquetones sobre el suelo marcando imaginarias esquinas. ¿Y más arriba? ¿Más abajo? ¿A la derecha o a la izquierda? Sobre aquel prado flotaban sus ilusiones. Les costó tiempo construirla. Se les torció la obra varias veces. Recuerdo cuánto les costó poner las vigas de madera del tejado. Recuerdo, también, pequeños accidentes. Y su ilusión. Una ilusión muy especial, porque no estaban gastando los ahorros de su vida, ahora que ya estaban los dos jubilados, para vivir en un lugar maravilloso. No. Gastaron sus ahorros en hacer un centro budista para que esta religión se pudiera conocer en Asturias. Su casa, terminada hace unos tres años, siempre ha sido refugio de cualquier persona que se busque a sí misma. Antes vivían en Gijón. Carlos daba charlas de filosofía. Mary hacía té y dulces para todos. Mary no necesita leer para saber. Es una mujer con un conocimiento de la naturaleza creo que mimético. Se está genial a su lado. Carlos cuando habla palabras dice. Palabras tan sabias que jamás las olvidaré. Hace un par de años, o así, que no les veo. Y ayer me entero de la noticia. Siento no haberme sabido explicar con más soltura, pero estoy... no encuentro palabras.

Un abrazo a todos
Mara

http://www.lne.es/sucesos/2011/04/25/incendio-ocasiona-importantes-danos-centro-budista-siero/1065521.html