Parejas de baile 2015 por Luis Parreño Gutiérrez
JUEGO DE PALABRAS
No
me importa. De verdad que no me importa que me llamen de todo. Viejo verde,
descarado, inoportuno, farandulero…
qué más da lo que digan de mí.
He
vivido, sí, he vivido y puedo ahora contarlo con la boca muy llena. Es cierto
que la vida es como un péndulo, que
va y viene, que gira alrededor de un punto imaginario.
Pero
no de un solo punto imaginario, sino de infinitos puntos. Y la gracia de esto
es que cada uno de los puntos alrededor de los que giramos nosotros, como
péndulos, hacen un todo, una vida que muchos se empeñan en decir que han
perdido.
Otros
en cambio, piensan que su futuro ya fue embargado
nada más iniciarse el movimiento y que no les dejaron otra alternativa que la
de ser siempre deudores de algo o de alguien. Mentira. Todos nacemos libres,
sin ataduras, sin embargos
preventivos. Lo que tenemos que hacer es encontrar el punto exacto del
movimiento pendular para entrar y salir de las vicisitudes de la vida. Como
el colutorio
que utilizamos para la higiene dental. Entra en la boca y a fuerza de
gorgoritos se va introduciendo en nuestras encías y limpiando los restos de
comida, pues aunque la comida haya sido opípara, siempre tiene algo de
desagradable comer.
Así,
también tiene algo de desagradable vivir, pero eso que cada uno de nosotros se
aplique sus propios remedios. El mío es bien sencillo, de tan sencillo que es
resulta totalmente increíble. De tan viejo que es, ya los griegos lo aplicaban.
De tan actual que es, la machacona publicidad lo sigue repitiendo a diario en
los medios de comunicación. Quizás por eso la gente no le hace mucho caso y lo
ignora. No me importa que me llamen de todo. Es la música que hemos de aceptar
los que como yo, día a día van viviendo en la alegría de saberse vivos: “Carpe
diem”.
Luis Parreño Gutiérrez