Poemario de San Juan por Pepa Rubio Bardón
La noche de San Juan
Es
veinticuatro de junio
y el verano
está de feria,
quema el sol,
que hace un guiño
e invita a
echar la siesta,
buscar el
frescor del agua
y la sombra de los chopos;
los mozos
cortan las ramas,
que en
cuanto anochezca
van a
engalanar las fuentes
y dar
comienzo a la fiesta;
lanzan
cohetes al aire
que
compiten con la hoguera
como una
bola de fuego,
que cruje,
chisporrotea.
Los galanes
más osados
para
agradar a sus damas
desafían el
peligro,
saltan
ágiles las llamas.
El fuego va
decayendo
y las
brasas palidecen,
están
sonando las gaitas,
el humo se
desvanece.
Ya empieza
la verbena
y los
fuegos de artificio,
las parejas
bailan quedo
mientras
preparan la huida
a la arboleda del río.
Bajo la
luz amarilla
buscan los
ojos del otro
que ilumina
sus retinas;
la noche,
testigo mudo,
sus
palabras vehementes
y un largo
beso que cierra
la jornada
más ardiente.