Cajas de Pino por Ana Alonso Cabrera


LOS BALCONES 
ANA ALONSO


Ella me lo explicó. A fin de cuentas era la única que había sobrevivido en el antes y el después. No sólo había sobrevivido, estaba más hermosa aún.
Me dijo que  los ataúdes eran el alma muerta. Un alma muerta y encerrada en miles de normas y convencionalismos, encerradas en el lujo o en la pobreza, encerradas en el quiero y no puedo o en el puedo pero poco… ¡Ay! ¡Qué triste es la vida humana a veces!
¿Y el perro? Pregunté yo, intrigada. Me contestó que había muerto, sin más, sin ataúd ni parafernalia alguna, como mueren las almas nobles, con grandeza y simplicidad a un tiempo.
La hortensia me pareció sincera, no sé si me contó un cuento o la verdad, sin embargo, en esta ocasión, la verdad importa poco, lo que cuenta es la historia.

Febrero 2019
Filo
(Ana Alonso Cabrera)