Coronaveros por Luis Parreño Gutiérrez


ELEGÍA DEL ENCIERRO

Qué desdicha, qué tragedia,
a lo largo de mi vida 
nunca tanto yo sufriera
como en el encierro este
largo como una condena.

No sé qué ropa ponerme
pues todo el día en pijama
hace que hasta los vaqueros
me pesen como cananas
y ya no quiera ponerlos.

Al espejo no me asomo
pues hace ya doce días
me asomé por la mañana 
y el susto ¡válgame el cielo!
me tuvo dos días en cama.

Como los chorros del oro
tiene mi esposa la casa
ya no sabe que limpiar
¡ hasta el tapete de juegos
ha tenido que lavar ¡ 

Hemos jugado y jugado
damas, parchís, ajedrez 
cartas de baraja, dados
y un sinfín de variedades
de mil juegos inventados.

Paseos por el pasillo
palmeos en la terraza
tumbados en el sofá
vemos las mamarrachadas
que por la tele nos dan.

Mas la tragedia me asola
pues nunca pensé jamás 
en gastar las zapatillas
de tanto tiempo en la casa
y descalzo he de andar.

                        …/…

Ayer intenté salir
a procurarme unas nuevas
la puerta no pude abrir
la cerradura ha quedado
por falta de uso tiesa.

Así que volví a ponerme
mi pijama favorito 
y le dije a mi mujer
que llamara a los vecinos
y a los bomberos también.

Qué desdicha, qué tragedia
esto del confinamiento 
cuando nos digan que acaba
no vamos a conocernos
eso será la caraba.

Así que para calmarme
voy a sentarme a la mesa 
y a falta de otros rituales
me tomaré una cerveza
a la salud de los bares.

Cuando todo esto acabe
-qué original éste verso-
y salgamos a la calle 
los jóvenes encerrados
viajarán con el Imserso.

Y los que antes lo hacían
quedarán en el recuerdo 
como esa generación
que con encierro y tesón
superó el con finamiento.